lunes, 3 de mayo de 2010

Un naming no es una adivinanza


El namig de una marca o producto no deja de ser su nombre: esa expresión por la que conocemos una marca o producto. Algunos de ellos han llegado a ser tan populares que se han convertido en genéricos para ese producto: nocilla, coca-cola, pan bimbo, walkman, etc... Pero últimamente algunas marcas, especialmente en algunos sectores, ya no cuidan tanto el nombre de sus productos. Por ejemplo, en el sector tecnológico, los nombres de los productos pueden llegar a ser innombrables, com el volcán islandes tan de moda el último mes.

Dudo que sea así (o eso espero), pero parece que algunas marcas no quieren dar ninguna relevancia al producto como experiencia. Es como si quisieran que el consumidor se quedara única y exclusivamente con la marca que está detrás del producto. Os voy a poner un ejemplo: los últimos cascos de Sony que son la caña, se llaman MDR-RF4000K.. ahora va y lo cascas. ¿Quién se va a acordar de eso? O si quieres podemos escoger algo más mundano, por ejemplo, las televisiones: LE55C650 de Samsung, 50PK350 DE LG, etc.

Sin embargo hay algunas marcas que siguen apostando por dar a sus productos la misma fuerza e identidad que la marca. El mejor caso el Apple: iPhone, iPad, Mac Book, etc


Existen también otros casos en los que la marca se empeña en mantener un sonido en el naming del producto, aunque el significado nada tenga que ver. Es el caso de todos los namings que utilizaban la palabra Bio. Después de su regulación por ley, fueron muchas las marcas que tenían que sacar este prefijo de su naming. Solución: apostar por Bi, como por ejemplo: Bimanan, Bifrutas, Bicentury... sonido el mismo, pero sentido, ninguno.

Otras marcas lo único que parecen buscar es el mareo del consumidor. Es el caso de Pascual, que en los  últimos 5 años ha cambiado tres veces el nombre de su producto Biofrutas: Biofrutas, Pascual funciona, Bifrutas...



Para mi el naming, ya sea de una marca o producto, tiene que ser algo atractivo, fácil de recordar por el consumidor y, si es posible, que transmita su esencia, valores o funcionalidades.

¿Qué te parece?

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