Algunas marcas son como camaleones: cambian su forma de comunicar, su target, su tono... cambian constantemente. Seguramente, es la presión, las ventas. La necesidad de llegar y de cumplir unos objetivos.
Otras marcas, en cambio, son auténticos trenes de alta velocidad. Van por la vía en una dirección, hacia un objetivo: seguros, con las ideas claras, convencidos de que esa es la manera y que los resultados están ahí... es más, saben que es así como se consiguen.
En el fondo, el problema es que las primeras no tienen clara la estrategia. Les pierde el ahora, el cortoplacismo. Y ya lo decía el refranero: "pan para hoy, hambre para mañana". Las segundas, en cambio, tienen una estrategia: clara, asumida e interiorizada. Saben cuáles son sus puntos fuertes, sus palancas... Y lo que es más importante: saben que su público lo sabe.
Cuando todo está tan claro, todo sale sólo.
IKEA: innovación, diseño, vida más fácil, cercano... Así es, así se muestra. Tadadada...
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